El verano suele ser un buen momento para, sin la presión de tiempos, retomar algunos modelos antiguos y remozarlos, dándoles un aspecto más actualizado. Es lo que hemos hecho con dos de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Córdoba en los últimos días. Al hilo de una conversación en Facebook (al final pueden tener su utilidad las Redes sociales…) https://www.facebook.com/Arkeotexturas con Pedro Marfil, arqueólogo y profesor de la UCO, le dimos una vuelta a nuestro modelo de la Sinagoga de Córdoba. Se trata de un edificio estructuralmente bastante bien conservado, sin embargo la piel decorativa del mismo si ha sufrido bastante con su azarosa historia. La propuesta que hicimos hace unos años trataba de recuperar, en base a los datos de las memorias de restauración que pudimos consultar, el color de las yeserías que decoran la sala de oración. Estas yeserías cubren la práctica totalidad de la superficia de los muros, pero el zócalo no conserva restos de la decoración que lo pudiera haber cubierto. En base a los paralelos cercanos, como la capilla de San Bartolomé, hoy dentro del edificio de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Córdoba (antiguo hospital del Cardenal Salazar), planteamos la posibilidad de una decoración de alicatado de cerámica con decoración de lacería, continuando el modelo de las yeserías.
Sin embargo en el mencionado hilo de Facebook (https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=1367536820419029&id=100014881725815&comment_id=511196544095533&reply_comment_id=699852281114784¬if_id=1657006396702660¬if_t=comment_mention&ref=notif) el profesor Pedro Marfil comentaba que en las intervenciones que él llevó a cabo en el edificio no se halló el menor indicio de mortero o de otra huella de esa posible decoración cerámica. Él se decanta por una posible decoración de este zócalo mediante elementos textiles, tipo tapiz; esta posibildad también la estuvimos barajando cuando elaboramos nuestra propuesta, pero nos decidimos por la opción de la decoración cerámica.
Una de las virtudes de la Arqueología virtual es poder poner en relación hipótesis diferentes sobre el aspecto original que tendría un edificio o un espacio histórico. Basándonos en las diferentes investigaciones y paralelos de la época podemos poner imagen aproximada a lo que verían las personas que lo vivieron y conocieron. De este modo podemos presentar una imagen de las diferentes posibilidades para que, visualmente, podamos tener elementos de juicio sobre la probabilidad de su uso o no en el pasado. De hecho el hilo ha seguido dando más elementos que repensar. Este es el propósito de este tipo de recreaciones, generar diálogo científico que pueda enriquecerse con las aportaciones y perspectivas de diferentes personas.
Al hilo de esta «reforma» del modelo de la sinagoga hemos recuperado también un modelo con algún año más, el de la Mezquita aljama de Córdoba en época de al Hakam al Mustansir, centrándonos, por ahora en el patio de abluciones, en el que hemos aumentado la presencia vegetal y las piletas para abluciones rituales antes del acceso a la sala de oración. Para dar una sensación más cercana también hemos incluido la presencia humana en la imagen. En esta época, en torno al 960, se habían concluido las obras iniciadas en este espacio en el reinado de Abd al Rahman al Nasir, con el nuevo alminar que sustituiría al antiguo de época de Hixem I (788 – 796), la ampliación de la superficie del patio hacia el norte y la construcción de un doble muro en la fachada de la sala de oración al patio para reforzarla, puesto que los empujes de las construcciones anteriores lo habían debilitado mucho.
La mezquita aljama, como han comentado diferentes autores, se consideró un edificio ligado a la familia reinante, los Omeya procedentes de Siria, en la que cada uno de los diferentes emires y califas, quisieron dejar su huella con diferentes obras que le dieron ese carácter dinástico.
Espero que las imágenes de las reconstrucciones que acompañan este artículo puedan resultar interesantes y, como ha ocurrido en Redes sociales, pueda dar pie a la siempre deseable aportación de otros especilaistas o interesados para el desarrollo dialéctico de las diferentes hipótesis.